LLegamos a Tindouf. Cada uno dejó su equipaje en los diferentes camiones, y nos destinaron a diferentes campamentos. Nosotros en concreto nos instalamos en Smara. Una vez allí, se nos asignó a una familia. Nuestra madre se llamaba Nday. Era importante recordar este nombre porque, en caso de pérdida, la forma más fácil de ubicarnos es a través del nombre de la mujer de la jaima. La entrada en la jaima y la integración con la famlia es una experiencia inolvidable. Nuestra familia era muy numerosa y mucho más acogedora. Nday era una de lxs ocho hijxs que tiene Chala, a la que yo llamaba "reina madre". Nday estaba casada con Bobi y tenían un niño de dos años: Naj. Con Bobi y su cuñado Dah (casado con una hermana de Nday) tuvimos largas e intensas conversaciones a lo largo de toda la semana acerca del conflicto, historia saharaui, religión, la vida a un lado y a otro del muro... Fuimos muy afortunados de poder convivir con ellos, disfrutar del ritual del té con estas apasionantes charlas. Desde el minuto cero hasta el momento de la despedida ha sido para nosostros un enriquecimiento pleno, tanto cognitiva como personalmente.
En nuestro grupo éramos tres chicos (Alejandro, Javier y Fer) y yo. Cada uno de los grupos tenía su propio guía, el nuestro era Mansur. Mansur era un saharaiu de 23 años, recién llegado de Cuba, donde estudió contabilidad, muy divertido, educado, hospitalario y cercano, desde el primer momento. Con él hemos vivido momentos inolvidables por su simpatía y por la naturalidad con la que habláblamos temas como la situación familiar, el sexo para los saharauis, cómo conquistar a una mujer...; temas que, quizás, para otras personas resultaron tabú.
Otra persona indispensable en nuestra experiencia ha sido Abba, hermano de Dah. Saharaui de 21 años, también era un recién llegado de Cuba. Su experincia al otro lado del charco le ha hecho convertirse en un chico con las ideas bastante claras, conocedor de la historia de su pueblo y de la necesidad de actuar, concienciado al máximo con las enfermedades de transmisión sexual y con la mentalidad de que se tiene que seguir formando para, en un futuro, poder ayudar a su familia.
Nosotros cuatro junto con Mansur y Abba éramos un equipo, y yo era la capitana.
jueves, 8 de abril de 2010
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